Sabina de vuelta

Quiero , después de unos cuantos meses pasados desde que dediqué un espacio a Joaquín Sabina volver con él y reeditar una entrada que ya publqué en el mes de mayo de 2008.
En esta ocasión he modificado un tanto su obra y espero que Sabinita, que un pajarito me informó en una ocasión que alguna vez entraba por aquí, sepa perdonarme en aras de la comicidad que a mí se me adivina pero que en él es evidente.
Compañero! para mí eres un genio de la poesía y la canción y como Quevedo pasarás a la historia como un juglar de nuestro tiempo.



Tengo en mis manos la última publicación de Joaquín Sabina: J.S. A VUELTA DE CORREO.
En este libro Sabina recopila correspondencia entrecruzada con diversos personajes: poetas eminentes, cantantes, escritores, actrices, etc.
Entre los ilustres personajes con los que Sabina se codea está nada menos que Felipe Benítez Reyes. (Buscad en Wikipedia y comprobad quién es).
Dice Felipe B. Reyes de Sabina entre otras cosas:
" En su adolescencia J. Sabina iba para poeta, como casi todo el mundo. Un día se vió con una guitarra en las manos, como casi todos los adolescentes, como casi todo el mundo. Y entonces se planteó el enigma de una elección: la musa abstracta o la musa del do,re,mi, porque de siempre se ha dicho que las musas llevan a la bigamia. Sabina decidió tirar por la calle de en medio: ni lo uno ni lo otro, sino-ya puesto a ser rey mago de uno mismo- las dos cosas: un poeta con guitarra. Como Dylan, como Leonard Cohen y -fuera ya del ámbito semítico-como trovadores provenzales: un tipo con media melena que se planta debajo del balcón de las doncellas desfallecientes para ablandarles el oído con una melodía, para aflojarles el elástico de las bragas con palabras bien dichas y entonadas y para dejarles el corazón temblequeante, vuelto puro puré de lirismo y ansiedad.
Sabina viene de la estirpe de los juglares ( recitadores, músicos, acróbatas ), y es a la vez tataranieto de Quevedo."
En mi humilde opinión estoy absolutamente de acuerdo. El primer pensamiento que se me vino a la cabeza fué hacer una composición fotográfica con los rostros de Quevedo y Sabina fundidos en uno solo. Quevedo puso rimas y ripios a la corte de su tiempo, narices gigantescas a cortesanos y ridiculizó a la flor y nata de la nobleza, Sabina lo pone al día a día de nuestra época, pero también a la corte si se tercia.
COMO TE DIGO UNA CO....TE DIGO LA O...
Espero Sabina que sepas perdonar el sacrilegio de hacer un dueto contigo al final del recitado. Se cumplió un sueño.